El auge del inglés no tiene nada que ver con la estructura del idioma, o cualquiera de sus cualidades inherentes, sino con la política y la historia.
El Imperio británico
Después de desarrollarse durante casi un milenio en las islas británicas, el inglés fue llevado por todo el mundo por marineros, soldados, peregrinos, comerciantes y misioneros del Imperio británico. Antes de la introducción de cualquier política lingüística, el inglés ya había llegado a todos los rincones del planeta.
Los puritanos ingleses no fueron los únicos europeos en llegar a Norteamérica: el español, el francés, el holandés y el alemán también se hablaban ampliamente. En los siguientes siglos, todos los idiomas se consolidaron por las oleadas de inmigrantes europeos.

No obstante, en el proceso de diseñar unos Estados “Unidos”, los fundadores de la nación eran conscientes de la importancia del idioma para formar una identidad nacional. El inglés era la lengua mayoritaria y por lo tanto, tenía que ser fomentada. Hasta principios del siglo XX, muchos estados prohibían la enseñanza de idiomas extranjeros en las escuelas privadas y los hogares. La Corte Suprema de EE.UU. anuló tales restricciones a la enseñanza privada de idiomas en 1923.
Incluso hoy en día, el inglés no es el idioma oficial de Estados Unidos, pero sin duda es el idioma predominante en la práctica.
Y no solo fueron los Estados Unidos los que dijeron “hello” al inglés. A principios del siglo XX, el Imperio británico se expandió a casi una cuarta parte de la superficie de la Tierra, sin incluir a Estados Unidos. Según un dicho popular, “el sol nunca se pone en el Imperio británico”.
Hoy el sol ya se ocultó en el Imperio, pero el inglés sigue siendo un idioma importante en todas las antiguas colonias.
Desaparecido pero no olvidado
En la mayor parte del British Empire, el principal objetivo era el comercio, por lo que pocos británicos se instalaban definitivamente en las colonias. Esto explica por qué el inglés no logró dominar las colonias de Asia y África, donde era la lengua de los negocios, la administración y la educación, pero no el idioma de la gente.

Hasta la fecha, el inglés tiene un papel fundamental en los asuntos administrativos de estas antiguas colonias. Por mucho tiempo, tener acceso al inglés significaba tener acceso a la educación, por ejemplo en escuelas misioneras en África o en las primeras universidades de la India. Como consecuencia, se creó una élite angloparlante en algunos de los países más poblados del mundo… y las élites son expertas en auto-preservarse.
Tras la independencia, muchos países se convirtieron oficialmente en multilingües, pero los diversos grupos necesitaban un idioma para comunicarse entre sí y con otras naciones. Una vez más, el inglés era el protagonista. Ahora, el inglés es el idioma dominante u oficial en 75 territorios: un legado directo del Imperio británico.
En los países donde se formaron las colonias más grandes, como Australia, Canadá y EE.UU., las lenguas y las culturas nativas fueron conducidas a la casi extinción por la preponderancia del inglés.
No obstante, el inglés no fue el primer idioma del colonialismo europeo, el portugués y holandés fueron los primeros en salir de Europa. De hecho, hasta el siglo XIX, el inglés no era la lingua franca (como el término lo indica, el francés era el primer idioma de comunicación internacional).
Así que algo tuvo que ocurrir más recientemente para que el inglés ganara su estatus internacional… y fue el ascenso de Estados Unidos en el siglo XX. Sin esto, el panorama lingüístico mundial se vería muy diferente hoy en día.
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